Copia de San Vicente Mártir, patrón de la localidad de Zalamea la Real, en Huelva (España). El modelado en barro que se muestra en la imagen inferior izquierda lo realizó Manuel Lara, a partir de la cual trabajó Teresa Rodríguez hasta obtener la imagen acabada de la derecha, para lo que estucó la imagen con un estuco tradicional en varias capas, sobre el que talló la decoración en relieve siguiendo el diseño original de la talla de San Vicente, se aplicó bol y se doró la imagen, se estofó y policromó.

 

El trabajo se remató con el diseño y realización de una peana personalizada y a medida para la imagen, de diseño original, policromada al óleo con marmoleados, y motivos referentes al martirio del Santo estofados sobre pan de oro. 

Todo ello rematado con un secreto que se abre con la llave que se ve en la caja roja (imagen inferior)

Los trabajos de orfebrería: nimbo, rastrillo y campana del cuervo, son obra del orfebre Manuel Bernet

Agradecemos a SantiZalamea la fotografía de esta obra

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en construcción

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Empapelado de protección para la capa pictórica

En las imágenes superiores se muestra el resultado final de una restauración de un óleo sobre lienzo. 

El lienzo carecía de bastidor y sus bordes se habían retraído  empequeñeciéndose y siendo insuficientes para sujetar la obra a un nuevo bastidor, por lo que se le añadieron bordes perimetrales de lino cansado y desflecado.

El resultado final de la intervención en la zona trasera del lienzo puede verse en la imagen de la derecha.

Esto permitió el montaje del lienzo sobre un bastidor con una correcta tensión, muy importante para minimizar movimientos de contracción y dilatación naturales de la tela que, sin una tensión adecuada, podría poner en peligro la adhesión de los estratos pictóricos.


En las imágenes inferiores de la página se muestran los posteriores procesos de limpieza se suciedad superficial y eliminación de el barniz deteriorado que daba a la obra un aspecto amarillento, una vez retirado el empapelado de protección, de la capa pictórica (imagen inferior izquierda) y la reintegración cromática (imagen inferior derecha)

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En el estudio estratifico de muestras, con una pequeña muestra de la policromía de una imagen, una escultura o un cuadro, podemos ver las diferentes capas en las que está aplicada la pintura, su grosor, e incluso con un análisis de laboratorio, conocer los pigmentos empleados, además de ayudar a detectar la existencia de repintes o antiguas intervenciones.
Esta información puede hacerse necesaria para arrojar luz sobre diversas cuestiones concernientes a la obra y, en muchos casos, ayuda a decidir el tratamiento más adecuado para la misma, ya que conociendo los materiales que la componen podemos tratarlos con más eficiencia.

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Las imágenes de vestir sufren una serie de daños en su policromía y soporte fruto de la acción de su vestido y desvestido. Las distintas capas de ropajes, los mantos, las pelucas, etc., son sujetadas a la talla mediante agujas, que dejan erosionada la superficie, además de quedar dentro de la talla cuando se parten. Tengamos en cuenta que el daño siempre va a las mismas zonas: hombros, cabeza, muñecas, pecho...

Cuando intervenimos una imagen de vestir se restauran estos daños, pero para evitar que vuelvan a aparecer, y permitir que la imagen se vista para sus festividades y/o procesiones sin provocar un deterioro, confeccionamos petos y casquetes de piel y/o cuero a medida, para que en ellos se claven las agujas, quedando estos bajo las vestiduras y el pelo natural, protegiendo la imagen.

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En caso de pérdida de una pieza inprescindible en una obra, o de un deterioro irrecuperable, pueden realizarse reproducciones de las mismas por diversos métodos; desde la reconstrucción de la pieza para devolverle la lectura al conjunto gracias a fotografías , descripcciones, restos, etc.;  hasta la reproducción total de la pieza perdida mediante técnicas de talla directa o con moldes por conservar un elemento simétrico.

Estas reproducciones se realizan siempre respetando el criterio de diferenciación con el original

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El control de la humedad y temperatura ambiental es una de las bases de la conservación preventiva.

Para poder mejorar las condiciones ambientales de una obra que se encuentre, por ejemplo, en un domicilio podemos aplicar una serie de consejos de bajo coste para prevenir y en su caso, frenar el deterioro.

No coloque la obra en un lugar oscuro, los sitios oscuros, mal ventilados y húmedos don el ambiente ideal para la proliferación de insectos xilófagos y hongos; tampoco la coloque bajo una fuente de luz directa, como el sol. o un foco; los que ve en los museos iluminando las obras son especiales, filtran la radiación y no emiten calor. Evite la cercanía a la calefacción, chimenea, estufa o el aire acondicionado.y no coloque cuadros u otras obras en paredes o estancias con humedades.

Elija un lugar bien ventilado, con iluminación suficiente pero indirecta, y con pocas oscilaciones de humedad y temperatura.

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En muchos casos se encuentran policromías erosionadas, desgastadas o daños en la pátina por un exceso de celo en la limpieza de las obras de arte que mantienen, sobre todo, el coleccionista particular. Instituciones como Museos y Galerías tienen profesionales que saben como acometer esta labor.

A la obra de arte, a un cuadro, una escultura, una imagen sacra, etc. sólo se le debe quitar el polvo, nada más. Cualquier otra labor de limpieza debe ser acometida por un profesional.

Desde aquí recomendamos el empleo de un plumero suave, limpio, empleado muy por encima de la obra, casi sin rozarla, y por supuesto sin rayarla, el suave vaivén con el que se debe mover, muy despacio, será suficiente para evitar una acumulación de polvo en la obra.

En las pinturas NUNCA sebe tocarse la superficie pictórica, sólo elimnar el polvo del marco y una vez cada dos o tres meses de la parte trasera del cuadro.

NO se deben aplicar productos de limpieza ni utilizar trapos en lugar de plumeros, ya que las telas erosionan.

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Son tratamientos destinados a ataques biológicos por hongos, como el moho, que aparecen en condiciones de alta humedad, oscuridad y poca ventilación.

En estos casos se aplica a la obra un tratamiento fungicida, para pasar a su posterior consolidación, una vez el ataque por hongos no está activo.

En estos casos es muy importante que tras la restauración la obra no esté ubicada en un ambiente húmedo, como el descrito, ya que esto favorecería un nuevo brote

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